Movimiento Popular Fueguino - MOPOF. 09/12/2024



Los años 90

Los 90. Primera parte.

El 26 de abril de 1990, el Congreso Nacional sancionó la Ley 23.775 mediante la cual se provincializó el hasta entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Con ello se abría un horizonte lleno de incógnitas, desafíos y esperanzas para demostrar la capacidad de un pueblo soberano para tomar sus decisiones, integrado a la Nación Argentina en igualdad de condiciones con las provincias hermanas.

Para el Movimiento Popular Fueguino era la oportunidad de generar una perspectiva desde Tierra del Fuego y para Tierra del Fuego que capitalizara los aciertos y los errores en la práctica política hasta ese momento, y que aprovechara, además, lo sucedido en otras jurisdicciones provinciales más antiguas.

El punto de partida inmediato se centraba en la sanción de la Constitución provincial. Para ello la dirigencia partidaria se puso a trabajar intensamente para elaborar un Proyecto abarcativo, práctico, ágil y moderno y que significara mejorar la calidad de vida de los fueguinos.

Las consultas se multiplicaron con sectores diversos de la comunidad: abogados, médicos, docentes, organizaciones sociales, ciudadanos «de a pie». Las obras de abogados reconocidos como Germán Bidart Campos, Pablo Ramella, Linares Quintana, Antonio María Hernández, Carlos Fayt  y otros, orientaron la tarea. El estudio comparativo con todas las constituciones provinciales y sus respectivas reformas, con la Constitución Argentina de 1949, e incluso con las de otras naciones, sirvió para moldear un plexo normativo que pudiera identificar los deseos e intereses comunitarios, adaptados a los nuevos tiempos.

La tarea emprendida diariamente con seriedad, apasionamiento y entusiasmo, trascendió en pocos meses los límites del Movimiento Popular Fueguino. La población advirtió que la cosa «iba en serio» y se sintió partícipe y reflejada.

Según el testimonio de quienes trabajaron en su preparación, se cumplieron jornadas agotadoras donde se leía y releía todo lo escrito, rectificando, ampliando o eliminando algún concepto.

Se trabajó durante seis meses, todos los días.

El 9 de diciembre de 1990 el pueblo fueguino eligió entre los Proyectos presentados. Una amplia mayoría se sintió reflejada por el que presentó el MPF. De los diecinueve convencionales a elegir, once fueron del Movimiento Popular Fueguino.

Sus nombres: Miguel Ángel Castro, Ruggero Preto, Rosa Delia Weiss Jurado (extrapartidaria), José Arturo Estabillo, Diana Graciela Wilson, Carlos Alberto Pérez, Néstor Nogar, Hernán López Fontana, Elena Rubio de Mingorance, Demetrio Martinelli y Carlos Alberto Pastoriza.

Resuelta la representatividad, la Convención Constituyente se reunió por primera vez el 7 de enero de 1991, en la centenaria Escuela N° 1 de Ushuaia, Domingo Faustino Sarmiento.

Se eligió a la señora Elena Rubio de Mingorance como Presidenta, a Ruggero Preto como Vicepresidente 1° y a Alejandro Funes como Vicepresidente 2°.

Los Convencionales del MPF donaron la totalidad de sus sueldos a entidades de bien público.

Haber obtenido once de los diecinueve convencionales podría llevar a pensar que el MPF haría prevalecer la fuerza del número e hiciera aprobar a libro cerrado el proyecto elegido por la mayoría de los ciudadanos. Por el contrario, el texto propuesto fue puesto a consideración artículo por artículo para ser enriquecido, eliminado o corregido por cada una de las fuerzas políticas representadas, en agotadoras jornadas que se prolongaban hasta altas horas de la noche. Así, el texto constitucional tuvo más del setenta por ciento de aprobación unánime.

Los conceptos teóricos fueron intensamente debatidos y aprobados en un marco de respeto y consideración por las ideas representadas por cada uno de los bloques.

Se establecieron preceptos novedosos para la época tales como el cuidado del medio ambiente y la Ecología.

La designación de jueces se estableció a través de la creación del Consejo de la Magistratura, en un intento de separación respecto de la influencia del Poder Politico de turno.

La determinación de un Quorum singular en los cuerpos colegiados para evitar maniobras obstruccionistas, significó, también, la instrumentación de un mecanismo diferente al que se utiliza en otras jurisdicciones provinciales o en el Congreso Nacional.

La instauración del novedoso sistema de tachas, incluído en el texto constitucional, pretendió quebrar la vigencia de la «lista sábana». Lamentablemente su aplicación fué desnaturalizada desde el inicio, generando, casi siempre, una herramienta para resolver «internas» partidarias.

Finalmente, el 17 de mayo de 1991, en Ushuaia, en una sesión extraordinaria, se sancionó y promulgó la Constitución de la Provincia de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur. La publicación en el Boletín Oficial de Tierra del Fuego el 28 de mayo de ese año significó la vigencia formal y efectiva de la nueva norma de convivencia.

Pocos días después se produjo un acontecimiento que aún hoy es recordado por muchos de los pobladores.

Fué una ceremonia singular, plena de emoción y comunidad realizada el 1 de junio en el gimnasio Hugo Ítalo Favale de la ciudad de Ushuaia.

En primer lugar, uno por uno los convencionales constituyentes juraron la Constitución bajo la Presidencia de «doña Elena».

Pero luego, la multitud presente, integrada por representantes de todos los sectores fueguinos, sin distinción social ni política, pidió a viva voz ser partícipe del acto como algo más que expectadores: reclamó jurarla también.

Elena Rubio de Mingorance con su gesto de levantar la Constitución y de repetir en voz alta, quebrada por la emoción y de cara a los presentes y a la ciudadanía, la fórmula de juramento a la Carta Magna, dejó una marca indeleble y cargada de orgullo en todos los que tuvimos el privilegio de ser contemporáneos.

El «Sí, Juro» unánime de los ciudadanos, como respuesta, debería ser hoy, a la distancia, una fuente de inspiración permanente y no de nostalgia para recuperar una «comunión», una «común unión» y reencontrar un rumbo posible e integrador para los habitantes de la Tierra del Fuego; búsqueda y razón liminar del Movimiento Popular Fueguino.

Ésta breve reseña del comienzo de los 90 es, por su propia naturaleza, un recorte mínimo que apenas refleja lo acontecido al comienzo de la década.

Los tiempos políticos se aceleraban porque vigente ya la Constitución llegaría muy prontamente la elección del primer Gobierno elegido democráticamente.

Un desafío extraordinario y posible para el Movimiento Popular Fueguino, que tendrá a sus hombres y mujeres, como protagonistas.