Todos tenemos un origen.
Todos hemos construído nuestra historia: la personal, la colectiva a partir de ese origen.
La hicimos en base a creencias, valores, sentimientos.
Las circunstancias de la vida personal enmarcadas en una sociedad, en una comunidad, nos han moldeado para agruparnos en organizaciones de naturaleza diversa que dan sustento a una identidad.
Las organizaciones políticas son el reflejo de esa identidad.
A comienzos de la década del 70, el entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, tenía dos ciudades con idiosincrasias diferentes pero con una identidad y conciencias coincidentes y muy definidas: la condición de «isleños» y la de ser un territorio clave para los intereses geopolíticos y soberanos de la Nación Argentina.
Se puso en vigencia por esos días y a instancias del Gobernador Territorial, Capitán de Navío (RE) Gregorio Lloret y fundamentalmente de su Ministro de Economía, Cdor. Mariano Viaña, la Ley de Promoción Económica N° 19.640, la que moldeará hasta nuestros días, la economía, los flujos migratorios y la cultura y mentalidad de los fueguinos.
Por aquellos tiempos, año 1972, en Río Grande, un grupo de vecinos, ante la inminente reapertura democrática, intercambian ideas y sienten que los partidos políticos consolidados a nivel nacional, nunca terminan de reflejar en su totalidad las inquietudes e intereses de las pequeñas poblaciones alejadas de los centros de poder.
Todos ellos tenían simpatías e identificación con las figuras de la política nacional y sus respectivos partidos. Decidieron respetar esas diversidades pero «agruparse» en un nuevo partido que defendiera los pareceres e intereses locales.
Así nació la «Agrupación Vecinal» de Río Grande, un 30 de junio de 1972.
Merecen conocerse los nombres de los integrantes de aquella lejana JUnta promotora: Ramón Balverdi, Jorge Mullins, Ramón Vargas, Elena Rubio de Mingorance, Francisco Vukasovic, Eduardo Nervi, Sergia Acuña de Nervi, Alberto Urrutia, Francisco Solano Luna, Alberto Salman, David Morgan y Lirio Torres.
Un proceso similar comenzó a gestarse en Ushuaia.
Rubén Muñoz, junto con Antonio Cappelli y Oscar Rubinos sintetizaron principios e ideas para dar vida a lo que será la «Unión Popular Fueguina», la que también tendrá como fecha de nacimiento el 30 de junio de 1972.
Su Junta Promotora estuvo integrada por: Rubén Muñoz, Antonio cappelli, Oscar Rubinos, Horacio Sandoval, Delfina González, Antonio Wallner, Ricardo Wallner, Martha Bibé, Felipe Ivandic, Paula Barcos, Oscar Mendoza, Senen Ferreiro, Carlos Henninger y el Dr. Osvaldo Withaus.
Así, entonces, aquellas elecciones del 11 de marzo de 1973 en el Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlantico Sur contaron con nuevas opciones electorales, surgidas al calor de las inquietudes de vecinos con diferentes simpatías políticas pero que, como ya se ha dicho, respetándose entre sí, y sintiéndose parte indisoluble de la Nación Argentina, se pusieron de acuerdo para defender los deseos, los intereses y la mirada desde ésta tierra.
La primera participación electoral tuvo suerte diversa: la Agrupación Vecinal obtuvo la administración municipal de Río Grande y la Unión Popular Fueguina fué derrotada en la ciudad de Ushuaia.
Faltaría atravesar el tiempo político turbulento de aquellos años hasta llegar a la oscuridad de la Dictadura a partir del 24 de marzo de 1976 para que madurasen en aquellas mujeres y hombres las ideas, las conductas y el doloroso aprendizaje ponga a toda la sociedad en el camino del respeto por la vida y la convivencia democrática que llegaría, recién, en 1983.
Aquellas dos modestas organizaciones con alcance municipal harán su camino interno, incorporarán mujeres y hombres con otras experiencias de vida y a la vuelta de la libertad, conformarán el Movimiento Popular Fueguino.
Pero eso será parte de otro capítulo…